jueves, 23 de mayo de 2013

Sexismo forzoso


Hoy en día nos vanagloriamos de ser muy modernos, de mente abierta y muy liberales. Sí, sí.. todo muy bonito y aparente. Hasta que nuestro hijo/hija quiere jugar o hacer algo que históricamente o socialmente se considera propio del sexo opuesto.
El problema suele ser peor cuando un niño quiere jugar a/con cosas de niñas. Muchos padres no lo llevan bien y se les pasa por la cabeza que si les dejan hacer eso van a favorecer el afeminamiento de la criatura. Valiente tontería. Si tu hijo es afeminado, va a serlo jugando al fútbol o a muñecas, ¿qué más dará?
La verdad es que me parece un poco absurdo forzar el juego o el comportamiento de los niños cuando están creciendo y en plena fase de juego de imitación; o simplemente cuando les apetece jugar con algo nuevo o distinto. Total, acabaran haciendo lo que les venga en gana quieran o no sus padres.

Luego una acaba presenciando muchas situaciones ciertamente graciosas con esos comportamientos.
Llegas al parque y todos los niños y niñas están jugando con sus bicis, patinetes, motos o lo que toque. La mayoría de los juguetes de niña son de color rosa y los de niño azules, verdes, rojos..
¿Qué acaba pasando? Que tienes a 3 niños peleándose por la moto rosa de la Hello Kitty mientras las niñas disfrutan de los patinetes del Rayo McQueen. Hasta aquí ningún problema. Entonces aparece un padre (pocas veces es una madre que creo que pasamos más del tema en general) y le dice a su hijo (pocas veces es a una hija que parece que se les presiona tanto) que esa moto es "de niña" y que él no puede jugar con ella. El niño le mira con cara de no tener ni idea de lo que le está diciendo y sin intención de soltar la parte de moto que había pillado para no perder su posesión sobre ella. El padre insiste; el niño se resiste y el padre acaba sacándole de allí un poco a la fuerza. Los otros dos niños ven un competidor menos y salen por piernas con la moto intentando subirse los dos a la vez. El primer niño llora desconsolado mientras ve alejarse su objeto de deseo y sus posibilidades de jugar con la moto esa tarde.

Otra tarde, los niños llegan al parque con sus balones, coches, juguetes diversos y varias niñas se presentan con carritos de muñeca, todos ellos rosas y preciosos. ¿Qué acaba pasando? Varios niños se pelean por pasear las muñecas en el carrito por el parque mientras las niñas juegan en los columpios o a cualquier otra cosa. Y de nuevo aparece un padre que, con toda su buena intención, intenta convencer a su hijo de que jugar con muñecas y empujar carritos es cosa de niñas. Y aquí sí que me pregunto yo ¿es que esos padres nunca han empujado el carrito de sus hijos? ¿No pueden entender que es un juego de imitación y que posiblemente sus hijos les han tomado a ellos como ejemplo? Bueno, la historia se repite y acabas con varios niños llorando porque no pueden jugar con carritos.
De hecho, a mi Principito le encantan los carritos y las muñecas y, para evitar peleas en el parque, hace siglos le compramos uno para él (que estaba de súper-oferta y nos costó 4 duros). Cuando los padres de los amiguitos de la guardería le vieron aparecer con el carrito rosa y la muñeca a juego más feliz que una perdiz, nos pusieron de vuelta y media diciendo cosas como "En mi casa jamás entraría un juguete así" (eso se lo decían a mi Costillo como cuestionando su hombría sobre el tema)
Pues bien, sus queridos hijos que jamás de los jamases jugarían con muñecas, acosaban al mío para quitarle su recién estrenado juguete y se acabó armando la de san quintín en el parque. Mi Principito es chiquitín y parece un querubín pero los tiene muy bien puestos y se sabe defender.. así que les dejamos resolver sus diferencia sin interferir -para desquicie de los demás padres que no querían tener que admitir que sus hijos se morían por jugar con la muñeca rosa.

Y, ¿qué queréis que os diga? Yo me lo paso en grande jugando a las cocinitas (sí, también tiene una y le encanta), a las muñecas o pintándole las uñas con brillo (que luego orgulloso luce ante todo el mundo y ya nos miran con cara de condescendencia pensando que no tenemos remedio). Y me parece una chorrada prohibirle a mi hijo que se pinte las uñas (que sí, que no se las voy a poner de color ni nada, pero le hace ilusión cuando ve que me las pinto yo) pensando que eso le va a afeminar cuando luego se dedica, con esas mismas manitas de manicura, a escarbar hoyos, hacer barro, tirar piedras, subir a árboles, hacer peleas de pressing-catch, lanzar pelotas, jugar con coches y destrozar mil cosas a su paso. Si eso es afeminarse.. no quiero pensar cómo se comportar los niños "masculinos"..

Quizás es porque de pequeña yo siempre quería jugar con coches y siempre me regalaban muñecas y eso me ha traumatizado (por suerte no al nivel de la bicicleta) o porque creo que simplemente se puede respetar el juego de un niño si imposiciones sexistas, absurdas y bastante arbitrarias.
Y seguro que mi Principito tiene un gran dilema si le haces escoger entre su muñeca favorita o su coche preferido. Por suerte no tenemos ninguna intención de hacerle escoger.

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