jueves, 2 de mayo de 2013

Érase una vez un Blog...

Mítica serie "Érase una vez..."


Bueno, este titulo tiene guasa y hasta un doble sentido. A parte de ser la primera entrada de mi blog,  "Erase una vez un blog" me queda al pelo teniendo en cuenta que me lo cargué y lo borré enterito.. Así que ahora toca empezar de cero con lo que recuerdo y reescribiéndolo todo, todo y todo. ¿Qué se le va a hacer? Si una siempre ha sido una persona impulsiva y un tanto irascible, luego toca acatar las consecuencias.

La verdad es que el blog en cuestión me ha quedado, de momento, de lo más cursi. Entre el nombrecito, la plantilla y el título de la primera entrada parezco una princesa Disney venida a menos contando sus penas en la red.
Nada más lejos de la realidad.. Si has llegado a leer hasta aquí aún después de ver el fondo, las maripositas y las letras de colores, créeme, cualquier parecido conel mundo Disney es pura casualidad y será siempre negado ante un juez..

El nombre del blog tiene una explicación de lo más simple: mi Principito y mi Princesita son la inspiración. Luego la cosa va a degenerar a muchas otras cosas pero, la idea original, era un blog de desahogo maternal. Mis dos descendientes son adorables y entrañables, pero capaces de sacarme de quicio en cuestión de segundos y, como eso de gritar en público está muy mal visto, descargaré parte de mi día a día escribiéndolo con calma - que dicen que así se ven las cosas con más perspectiva.

Además de los 2 príncipes, en casa estamos mi Costillo (llamarle al pobre costilla genera cierta confusión respecto a su hombría) y yo. Ambos deberíamos ser los reyes del mambo en casa... pero la cruda realidad nos muestra que bailamos al son de los dos pequeñajos y que no somos más que eternos infantes en esta corte de locos.

Por lo demás, ¿qué decir de mi? Ya se irá viendo que la cordura no es una de mis mayores virtudes. Mi Costillo tiene una paciencia - casi - infinita y yo una gran incoherencia vital así que vamos tirando, algunos días mejor que otros; pero eso es parte de la gracia de la convivencia, ¿no?
Vivimos en un pueblo junto al mar y yo creo que la brisa marina me afecta a las neuronas pero no cambio mi mar por nada del mundo.


Trabajo en Bohemialandia, gran lugar que de bohemio no tiene nada pero cuyos habitantes se creen el súmum del talento universal y nos miran a los demás por encima del hombro con grandes dosis de condescendencia nuestros seres anodinos y completamente faltos de talento según su escala magnífica y poseedora de la verdad absoluta. ¿Quién sabe? Lo mismos tienen razón porque no es que el talento a mí me salga por las orejas precisamente..

Como muestra de mi incoherencia absoluta, quedan por presentar a un par de habitantes de casa más. Son las dos princesas peludas que, éstas sí que sí, son las dueñas indiscutibles del hogar. ¿Por qué ésto es incoherente? Porque aquí una es alérgica a los animalitos y ásmatica (grácias primer embarazo por tan maravilloso regalo...) Así que me paso el día con las gatas encima y el Ventolin bien a mano.

Y esa es nuestra corte de locos, llena de príncipes, princesas y resignados infantes...

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