jueves, 9 de mayo de 2013

La llegada de la Princesita

Imagen de bebemon.es

La llegada de un nuevo miembro a la familia siempre es motivo de alegría y celebración pero el proceso resulta un tanto confuso para un Principito de sólo 3 añitos.

De entrada esperamos a que el embarazo estuviera bien avanzado para comunicarle la noticia al peque de la casa. No dijimos ni pio hasta los 6 meses. Como una es un tanto rara hasta para esto de los embarazos, resulta que a mí la barriga me crece "padentro" porque sino no se explica que no haya necesitado ni una pieza de ropa premamá hasta las últimas semanas -que entonces ya da pereza comprarlas porque piensas que para lo que te queda, pues ya aguantas con cualquier cosilla que tengas.

Creía que la cosa iba a ser complicada y llena de preguntas embarazosas y momentos vergonzosos.. pero nada más lejos de la realidad. Se tomó la noticia de que había un bebé dentro de la tripa de mamá con una naturalidad impresionante y no hacía más que mirar por mi ombligo para ver a la criatura. Le hablaba, le cantaba y le preguntaba cuándo iba a salir.

Durante el embarazo del Principito me hacía mucha ilusión tener una niña. En la eco del segundo trimistre, ilusos de nosotros, mirábamos la pantalla en blanco y negro como si fuésemos capaces de discernir algo de lo que el médico mencionaba y mi Costillo se envalentonó diciendo "¡Vaya! No se ve si es niño o niña, ¿verdad?" El médico, con cara de "¿tú que te fumas para decir eso?" nos comunicó con un tono un tanto prepotente "Se ve claramente, ¡es un niño!" y la verdad es que fue un poco decepcionante. Luego, cuando nació y ya le tuve entre mis brazos vi que era perfecto y que no podía ser otra criatura más que él. Dando marcha atrás no le cambiaba ni un pelo.
Así que en el segundo embarazo decidí ahorrarme el momento de la decepción y conocer el sexo de la criatura al tenerla entre mis brazos, cuando ya ves que es perfecta y no le cambiarías ni un pelo. Pero claro, mi decisión añadía cierto grado más de confusión.

Las últimas semanas la impaciencia se palpaba en el aire y no solo por el Principito y sus ganas enormes de conocer a su hermanito o hermanita, también por mi ganas enormes de sacar de mi cuerpo a esa criatura que ya llegaba con retraso de fecha.
Un buen día, cuando mi Costillo recogía al peque en el cole, empezaron a darle al enhorabuena por el niño. Él, flipando, decía que aún no sabíamos el sexo y no sabía de dónde salía el rumor. Hasta que la profesora, varios días después, le paró para preguntarle directamente ya que estaban un poco extrañadas con la explicación del Principito diciendo que ya tenía en casa al hermanito y que se llamaba Hermanita.. todo muy confuso.

Cuando por fin llegó la Princesita y su padre le trajo al hospital para que la conociera, le avisó de que a mamá le habían cortado la tripa para que saliera la hermanita y tenía que tener mucho cuidado. Todo fueron sonrisas, alegría y mucho cuidado con el Principito porque a la que nos descuidábamos ya estaba metiendo las manos en la cuna para sacar a la niña cuál muñeco de trapo.

Un mes después operaban a mi madre de una hernia abdominal. La cosa tenía que ser sencilla y rápida por laparoscopia pero se complicó y acabaron abriéndole la tripa  de punta a punta. Uno de los días de visita fuimos con los 2 niños para que vieran a su abuela y, claro, para evitar un saludo demasiado efusivo del Principito saltándole encima a mi madre, le explicamos que tenía una herida en la tripa porque le habían tenido que cortar. La cara fue un poco rara pero no hizo ningún comentario.
Al llegar al hospital el peque daba vueltas por toda la habitación como buscando algo. Al rato ya no pudo contener más la curiosidad

Principito: ¿Dónde está el bebé de la yaya?
Yo: ¿Qué bebé, cariño?
Principito: ¡El que le han sacado de la tripa!
Yo: No tenía ningún bebé en la tripa...
Princpito; Entonces... ¿Por qué le han cortado la tripa como a mamá?

Intentamos no descojonarnos delante de él -cosa que resultó muy complicada- y explicárselo con calma.

Ya dije yo que era todo muy confuso para el pobre niño..

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