viernes, 19 de julio de 2013

Neuronas derretidas


Yo debo de tener una parte de reptil; largarto, culebra o sucedáneo. Un error evolutivo que me hace ser una bicho de sangre fría para lo que al tiempo se refiere. Mi termostato simple y llanamente no funciona, porque no encuentro otra explicación.
Se supone que los habitantes de cada zona del planeta están aclimatados a su entorno.. pues yo soy la excepción que confirma la regla. Cuando hace unas semanas se rumoreaba que este año no habría verano, yo era la mujer más feliz del mundo. Los 25 graditos me parecían el estado ideal. Primavera cálida perfecta, sin agobios, sin calores insoportables.. ¡JA! El verano ha hecho acto de presencia.. ¡y de qué manera!

No era suficiente con subir un poco las temperaturas hasta un nivel que permita a los bañistas disfrutar de la playa y al resto de la humanidad seguir viviendo con dignidad. No, eso es mucho pedir. No era bastante con que hiciera sol y buen tiempo con un grado de humedad ambiente  soportable. No, eso es pura utopía.
En verano ha entrado arrasando cuál elefante en una cacharrería.
Puedo soportar cierto nivel de calor infernal.. ¡pero estos cuarenta-y-pagajosos grados son insufribles!

Para más inri, la Princesita está en modo "bracitis intensa" y la llevo todo el día pegada al cuerpo cuál marsupial. En una de estas creo que nos vamos a fusionar por el nivel de temperatura que se alcanza en las zonas de contacto. ¿Querías crianza con apego? ¡Pues toma dos tazas de apego nivel supremo!

Y, cómo no, el Principito -que ahora tiene demasiado tiempo libre y demasiada energía acumulada pendiente de gastar- se une al carro y va todo el día enganchado a mí, caminando cogido a mi pierna, abrazado a mi brazo cuando estamos en el sofá, aferrado a mi cuello en el parque... Todo un derroche de amor filial que me tiene frita (más que literalmente)

Pero como el nivel de agobio y pegajosismo podría entrar dentro de los parámetros normales que sufre cualquier persona en un verano agobiante con hijos pequeños, yo tengo que rizar el rizo y añadirle mis rarezas personales para que nada en la corte de locos parezca, ni de lejos, normal.

Soy un raro especímen que siempre tiene lo peor de cada mundo. Yo digo que es mi "gen lagarto".
En verano, mientras haya sol en el cielo tengo calor; mucho calor; sudo por los cuatro costados y no puedo con mi alma. Eso sí.. es caer el sol y ya podemos estar en pleno agosto que aquí la menda se hiela.

Para mí no resulta tan malo; siempre duermo de coña porque de noche nunca tengo calor. Mi pobre Costillo, en cambio, paga un precio muy alto por compartir cama con un bicho raro medio reptil. Una mañana me lo voy a encontrar deshidratado. ¿El problema? Que duermo con mi nórdico todo el año. Sí, suena a que estoy mal de la cabeza y que me tengo que asar viva. Pues nada de eso (bueno, lo de mal de la cabeza no voy a asegurar que no..).

Hace un par de veranos me quitó el nórdico de la cama en julio y creo que pocas veces he pasado tanto frío. Encima, como es verano, hace calor y el muchacho es una estufa viviente, cuando me acercaba a él buscando calorcito, se ponía a sudar como un pollo y me apartaba negándome el calorcito que tanto necesitaba.
Tras la fallida experiencia de la retirada del nórdico, hemos decidido que mejor me deja dormir todo lo abrigadita que me apetezca, mientras le deje en paz y no le haga sudar más de la cuenta.

El día menos pensado me encuentro una camisa de fuerza en lugar de un pijama para dormir..

2 comentarios:

  1. ¿Con nórdico en verano? Uufffff. Un poquito mal de la cabeza si te veo, jejejejeje. Con el calor que hace desde hace 10 días, y más en las zonas costeras, donde no dejamos de chorrear sudor por todas partes, y más por la noche, que no hay quien duerma de calor y mojadez. Con lo contenta que estaba yo con el tiempo el mes pasado. Mi pobre Pitufa se pasa la noche empapada de sudor. Si la pudiera escurrir, cual trapo, sacaría una de sustancia, además de lo que le cuesta dormirse. Besos.
    PD: Me compadezco del Costillo.

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    1. Si ya digo yo que la cordura no es una nuestras virtudes (yo iba a ser yo menos.. ;-P )
      Entiendo lo de tu Pitufa.. mi Princesita duerme solo con el pañal y cada mañana tiene las sábanas empapadas como si se hubiera derramado enterita.. y nada de eso, la pobre suda como un lechón.
      El Principito tampoco se escapa de los sudores nocturnos. No me extraña que se despierte varias veces por noche a pedir agua.

      Paciencia y a aguantar el tirón, ¿qué remedio? Pero es como vivir en un baño turco :-(

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